Te comparto cosas que voy experimentando, por si a ti también te sirven…

He notado que la mayor frustración surge cuando nos resistimos a que las cosas sean como son ¡Ojo! Que ya te veo la cara… Esto no tiene nada que ver que esté bien que sean así, que te tengan que gustar…

Estoy diciendo que he notado la energía que gasto cuando voy en contra de lo que ya está en mi vida en este momento y precisamente no me gusta…o simplemente no es como yo quisiera que fuera: Pensamientos que vienen a mi mente y no me gustan, situaciones, personas que me incomodan… esas cosas que hay en la vida de todos ¿no?

He descubierto que, si ya están en mi vida, no me sirve de nada «no querer que estén», resistirme a la realidad de que ya están, ya son, ya están aquí… Creo que es agotador, y hablo literalmente: agota, te cansa físicamente, no solo mentalmente, parece que cuando estás ahí la vida te pesa más.

He descubierto que resistirme “a lo que hay” no me sirve para nada. Luchar para que desaparezca «desde ahí», no funciona. Porque ya es, es inevitable, ya es…

No digo tampoco que si hay algo que pueda hacer para cambiarlo no lo haga, pero siempre tiene que ser con un cambio de perspectiva, para poder pasar a una acción que me sirva para algo más que agotarme. Porque eso es lo que me pasa, que me agoto y eso que no me gusta no cambia, eso está fuera de mi, es de lo que me he dado cuenta después de ser muy cabezota y empeñarme en que las cosas sean de otra forma a las que ya son.

Entonces ¿Qué tal si primero lo cambio en mi? Pensé. Y me dije voy a probar a ver que pasa. Antes de empezar a enfadarme con el mundo y hasta conmigo misma, estoy intentando algo que de momento me funciona. ¡¡¡Una vez más es DARME VERDAD!!!. Me paro y miro. Miro eso que no me gusta, quizás son solo pensamientos, quizás algo desagradable que he vivido, algo incómodo… algo que no me encaja…

Miro y me digo:

  • Sí, es verdad ya me estoy contando esa película mental de siempre…lo reconozco, observo mis pensamientos les doy espacio…
  • Sí es verdad, esto no me gusta nada, y lo siento en mi. En mi cuerpo, siento las sensaciones, las emociones, en vez de mirar para otro lado, me paro y lo observo todo, como en una película de cine. Me hago la espectadora de eso que no me gusta y le doy su espacio.

¿Dónde esta esa rabia en mi?, ¿en mi estómago? Ah sí… mira se me ha cerrado el estómago, ¿en mi cabeza?, ah sí…. ¡¡Me duele la cabeza!!, siento como tensión, …y decido: ¡¡no hacer nada!!, no. hacer nada en ese momento,  solo dar espacio a todo eso, para que siga su curso natural. Lo sostengo, sí es incómodo, pero lo sostengo. Solo observo y reconozco todo eso que hay en mi. En mi realidad presente, lo que has surgido lo que ya es… atiendo lo que hay de verdad en mi.

Y lo tengo comprobadísimo que luchar no me sirve, desde ahí no.

¿Y qué pasa entonces?. Una cosa muy curiosa. «Todo se calma en mi», siento un cambio de perspectiva, empiezo entonces de forma natural a pasar a la acción, (cuando es necesario), pero desde otro lugar. Yo le llamo el lugar del “¿y qué?”

Esa persona me ha hecho daño, sí, ¿y qué?. Me voy a atender primero a mi. A ella no la puedo cambiar, pero yo decido tratarme bien. Atiendo mi tristeza, que ¡¡ya está aquí!! es lo que tengo que atender, lo que está en mi mano atender, prestar atención. Si mi tristeza quiere que llore, ¡pues lloro! ¿y qué?, ¿qué pasa con llorar?, ¡es lo que quiere mi tristeza!! ( eso sí le atiendo en privado,más que nada para no asustar o preocupar a otros). Y un vez hecho esto, es cuando puedo seguir adelante, porque me he dado verdad, si hay dolor, atiendo al dolor… y qué ¿Por qué no?. Entonces es cuando puedo seguir adelante y tomar acción, pero una acción más sana para mi y incluso para el otro… ¡¡es liberardor!! Quizás decida entonces hablar con esa persona y decir como me he sentido, pero desde mi, no desde la lucha y el ataque. Simplemente porque ya os digo, que eso me cansa y no me quita la tristeza, no me funciona!! atiendo a lo que tenía que atender de verdad,  que en ese momento era mi tristeza ¿ me explico?. Quizás  decida entonces que es mejor dejarlo pasar y no decir nada a esa persona, pero ese ya es otro tema…

Lo mismo con la rabia, si toca rabia, ¿y qué? Pues toca rabia… la miro, le digo ¿qué es lo que necesitas de verdad?, ¿de verdad? Porque atacar al que me ha producido rabia no me quita mi rabia, ¿no?  parece que sí que sí la quita, pero no es verdad!!! así que me lo miro primero en mi… quizás tengo que salir a andar, o ponerme música que me permita soltar, bailando, catando muy fuerte, o incluso me voy a gritar a un lugar seguro… para soltar esa energía que está en mi. Todo esto en privado, claro,  porque sino me invitan a tomar un Transilium o llevarme a urgencias … bueno esto es cuestión de cada uno, cada uno irá dando con su método «anti rabia» sano y saludable, esto es lo que a mi me sirve.

El caso es que ahora atiendo a lo que hay de verdad en mi, lo escucho, me escucho y y luego ya veré que hago ahí fuera…ya veré pasado esto cómo respondo o no en el exterior, pero primero lo atiendo en mi.

La diferencia es gigante. Tú descubres que tienes un gran poder, el poder de cambiarte, de elegir tu actitud. Se crea, como dicen en mi clase de Logoterapia, un espacio de libertad. Para mi esto es lo máximo. ¿No te digo que es fácil a mi tampoco me sale siempre, pero no me preocupa. ¿ y qué?. Si no me sale me perdono y me recuerdo que soy simplemente un ser humano vulnerable e imperfecto

¿ Y qué?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Abrir chat
1
¿Necesitas ayuda?
Chat Calmadamente
Hola, soy Amaia ¿Puedo ayudarte a saber más sobre el mindfulness?