La espiritualidad no es de nadie, es tuya.
¡Qué manía tiene el ser humano por controlar todo!
¡Hasta la espiritualidad!. Hasta el punto que hemos llegado rechazarla…
La espiritualidad, no es de nadie, la espiritualidad está en ti. No hay normas humanas, porque la espiritualidad no está en la mente, la espiritualidad está en el sentir natural en ese «estoy» en ese «soy», es un estado del ser humano.
Cuando estás alineado con tus valores, cuando estás más allá de tu mente atrapada en las heridas, en los condicionamientos mentales, en los juicios, en la queja, en el ruido… en el tengo que, en el tiene que ser así, en el control… en fin cuando va más allá de la mente limitada, o la mente racional y te dejas en paz … surge en ti de manera natural.
No es algo místico, ni ves una luz brillante, no es una gran excitación, es una alegría calmada, es un estado del ser. Sobretodo de «ser tú», de darte verdad. De SENTIR.
Hay personas que se sienten la espiritualidad en la música, en el arte, en la naturaleza, en esa conversación con alguien que te nutre interiormente, cuando cocinas con ganas… en cualquier cosa que hagas con cariño, en cualquier situación que te permitas ser TÚ de verdad… esa conexión que no se puede explicar con palabras, por que no funciona con lógica simplemente ES.
Surge desde un estado de calma, de escucha activa, de aceptación, de apreciación, de entrega, de sentir eso que eso te hace «sentir realmente», «que te nutre el alma». Cada uno sabe muy bien de lo que hablo.
Evidentemente, el camino de la lucha contra el otro, de querer más y más sobre ti, sobre lo de fuera, sobre el otro, de huir de ti mismo, de no aceptarte, de no aceptar al otro… el estado del miedo, del estrés, de hacer caso a todo lo que tu mente te dice… no te conecta con esa sensación. Es lógico entonces que haya ciertas recomendaciones… pero lo que sí tengo claro es que todos tenemos esa parte espiritual dentro de nosotros y muchas tendencias y religiones han hecho que le cojamos manía… que hayamos renunciado a ella. La espiritualidad es algo sencillo, que está en ti, surge de forma natural cuando te dejas SER porque «ya es» en ti.
¿Le puedes coger manía a tu brazo, ¿a tu pie?. Si te están constantemente diciendo como lo tienes que utilizar correctamente quizás sí. Pero tú ya sabes como utilizar un pie o una mano. Con tu parte espiritual pasa lo mismo. Es parte de ti ¿rechazarías tu brazo? No rechaces tu parte espiritual atiéndala, conecta contigo, para el ruido de fuera, para y siente, atrévete a mirarla. Dale una oportunidad, es lo mejor que he descubierto desde hace tiempo hacerme amiga de mi parte espiritual.