Llevo tiempo experimentando, llevo tiempo probando en mí diferentes recursos, llevo tiempo formándome y trabajando en mi misma… y tengo muchas ganas hoy de compartir mi experiencia hasta ahora, y digo hasta ahora porque si algo tengo muy claro, es que en la medida que exploro todo cambia, la perspectiva cambia… pero es algo que asumo porque me gusta, intento darme verdad, y dejar de resistirme a lo que soy, a lo que la vida me va poniendo delante momento a momento.
Es eso precisamente lo que hoy quiero compartir. Lo bien que le sienta a una darse verdad.
Estamos rodeados de información, de modelos de conducta que últimamente tienden hacia «tener que sentirse bien». ¿Cómo puedes estar mejor?, ¿cómo conseguir una vida plena?, ¿cómo empoderarse?. Frases como «sal de tu zona de confort», evita a personas tóxicas, piensa en positivo… Todo eso está muy bien, pero lo que realmente sana es ser honestos, darse verdad significa incluirlo todo, porque si algo es cierto es que la vida lo incluye todo y todo es todo. Resistirse a sentir algo que sientes es ir encontra de tí mismo/a. Así que yo personalmente decidí darme verdad y sentirlo todo, acojerlo todo, porque no hacerlo supone dejar de vivir ciertas partes de tu vida. Es un esfuerzo tremendo el intertar que «todo esté bien», y no es viable, porque siempre habrá algo difícil que transitar, siempre habrá imprevistos, cosas que cambian… porque la vida se mueve, sí la vida siempre se mueve… así que cuanto antes nos hagamos amigos/as de la adversidad, de las emociones dificiles, de las situaciones incómodas antes las transcenderemos.
Mirar para otro lado no soluciona, me he dado cuenta de que si hay algo en mi vida que no me gusta, lo mejor es reconocerlo, pero con calma, sentirlo y escucharlo, es lo más liberardor que he realizado. Aunque reconozco que da vértigo…
«Esto no me gusta» ¿y qué? ya está aquí, en mi vida porque no me guste no se va a ir… no voy a huir de ello, no voy a mirar para otro lado, no voy a negar la verdad. Me di cuenta que el formarse, realizar terapias, leer libros para «que todo esté bien», no funciona, lo único que sí funciona es aprender a vivir con lo que «hay en realidad» sea bueno o malo y hacerlo de la forma más amigable posible. Aprender de elloy gestiontionarlo pero sin rechazar que es algo que aunque no te guste forma parte de tu vida. No se trata de que te pareca bien lo que no te gusta, se trata solo de reconcerlo de darte verdad. Dejar de huir.
Si hay una situación dificil, una emoción desagradable, no sirve de nada mirar hacia otro lado, porque seguirá allí esperando a que la mires, esperando a que le atiendas y la vida te la repitirá de mil formas diferentes hasta que le hagas caso, porque la vida quiere que estés cómodo/a que mires esa «incomodidad» para transcenderla y aprender. La vida te pone incomódo/a precisamente para eso, para que mires que tienes una piedra en el zapato, para que te pares, la quites y sigas caminando de forma más cómoda. No sirve de nada enfadarse con la piedra en sí o no querer que esté. Mirarlo el primer paso es ver dónde está la piedra, dónde está eso que te incomoda tanto, sino difícilmente la podrás quitar.
No nos gustan los imprevistos porque no aceptamos que no tenemos el control de todo. Pues siento decirte algo querido/a amigo/a: ¿con una mente limitada a lo que es consciente que es solo 1% de todo lo que hay en nosotros, cómo vamos a tenerlo todo bajo control? ¡¡¡Sino vemos!!! ¡¡¡no vemos las piedras en el zapato!!!! . Así que cuando una se hace visible yo he decidido agradecerlo, porque sé que si me paro y miro «eso» que tan poco me está gustando, sé ahora por experiencia que es la única manera de que se vaya, de sanarlo, de aprender lo que me toca aprender. Reconocer lo que hay, bien sean errores, equivocaciones o lo que sea que haya ahí en ese momento, hacer este cambio de mirada es lo que te permite «pasar de pantalla» romper el bucle, «salir del día de la marmota».
Darse verdad, es decir sí a lo que hay en tu vida en este momento, y reconocerlo, no engañarse más, no huir de esa parte incómoda porque solo obsérvandola, reconociéndola, escuchando lo que ha venido a mostrarte se disolverá.
Si no reconoces que te sientes solo y sientes realmente tu soledad, no pasarás a la acción para no estarlo, o no pararás a hacer cosas que tapen transitoriamente esa verda, pero no sanarás ahora lo sé porque lo he experimentado. Sino reconoces que hay dolor en ti, no harás nada para sanarlo, sino reconoces que estás incómodo/a no cambiarás nunca de postura… así que yo decido darme verdad, no mirar más hacia otro lado porque «al otro lado» se llega pasando por la verdad. El autoengaño no funciona, simplemente porque no es real, no es la realidad, no es tu verdad, son solo parches. Darse verdad te abre un mundo de nuevas posibilidades para cambiar el rumbo, y cambiar las cosas desde dentro. Y hacer lo que realmente tienes que hacer, dejando de huir más.