La felicidad por encima de la supervivencia: Cómo entrenar tu mente para elegir el bienestar

La felicidad por encima de la supervivencia: Lo que aprendí sobre cómo nuestra mente resiste el cambio

Quiero empezar este artículo con una confesión: muchas veces he sentido que algo dentro de mí me frenaba cuando quería cambiar algo importante en mi vida o quizás simplemente a dejar de hacer algo que no me iba bien. Incluso cuando tenía claro que el cambio era para mejor, aparecían excusas, miedos, dudas… Como si mi mente se resistiera a colaborar. ¿Te suena familiar?

Tras experimentar esto en carne propia y buscar respuestas, descubrí algo que cambió mi perspectiva: nuestro cerebro no está diseñado para buscar nuestra felicidad, sino para asegurar nuestra supervivencia. Comprender esto fue un gran paso para dejar de pelear conmigo misma cada vez que sentía resistencia a hacer algo que en realidad quería hacer aunque fuera totalmente diferente a lo que habitualmente hago o se supone que hay que hacer. Desde entonces, no solo he aprendido a convivir con estas resistencias, sino también a trabajar con ellas desde la conciencia, la paciencia y herramientas como el Mindfulness y el baile consciente. Hoy quiero compartir contigo lo que descubrí y las prácticas que me han ayudado a transformar esas resistencias en pasos hacia mi bienestar.

¿Por qué el cerebro prioriza la supervivencia?

El diseño de nuestro cerebro está profundamente influenciado por nuestra evolución. Durante miles de años, nuestras vidas dependían de identificar y evitar amenazas. Esa capacidad nos mantuvo a salvo, pero hoy, en un mundo con menos peligros inmediatos, este sistema sigue activo y puede ser un obstáculo para nuestra felicidad.

El sistema límbico: La raíz de la resistencia

  • La amígdala, una estructura del sistema límbico, actúa como nuestra «alarma interna». Detecta posibles riesgos y activa respuestas rápidas, como el miedo o la ansiedad.
  • Esta respuesta es automática y no distingue entre una amenaza real (como un peligro físico) y una imaginaria (como el miedo a fracasar).

La corteza prefrontal: Tu aliada para la felicidad

  • La corteza prefrontal es la parte del cerebro responsable de la planificación, la autorreflexión y las decisiones conscientes.
  • Es la que entiende que el cambio, aunque incómodo, es necesario para crecer y alcanzar tus objetivos.
  • Sin embargo, cuando la amígdala está hiperactiva, la corteza prefrontal queda en segundo plano, y terminamos atrapados en patrones de resistencia y miedo.

¿Por qué la mente resiste el cambio?

Cuando quieres hacer un cambio, ya sea en tu rutina, en tu forma de pensar o en cómo gestionas tus emociones, tu cerebro lo interpreta como una posible amenaza. No importa que el cambio sea positivo, lo desconocido genera incertidumbre, y el cerebro activa la amígdala, en una especie de “alarma interna”. Esta alarma no busca tu felicidad, solo busca mantenerte a salvo, aunque lo que te esté “salvando” sea quedarte en una zona de confort que ya no te hace bien.

Cuando comienzas un proceso de cambio esta parte de tu mente lanza toda su artillería para evitarlo, realmente cree que te está protegiendo, «¿para que vas a ser feliz? Lo importante es que estas respirando, deja las cosas como están» (Eso quiere, eso es la resistencia de tu mente) pero tu interior, tu anhelo más profundo te dice otra cosa y comienza una lucha interna que te deja bloqueda.

Al principio, esta resistencia se manifiesta con pensamientos como:

  • “¿Y si no soy capaz de hacerlo?”
  • “¿Y si no funciona?”
  • “Mejor lo dejo para otro momento.”

¿Te has dicho algo parecido? Yo muchas veces. Pero aquí es donde empecé a preguntarme: ¿Y si lo que siento como miedo es solo un patrón automático que puedo observar y soltar?


Cómo empecé a cambiar mi relación con la resistencia

El primer paso fue darme cuenta de que esas resistencias no eran “mi enemigo”; eran solo mecanismos que mi mente había aprendido para protegerme. Desde esa comprensión, empecé a aplicar prácticas que me ayudaron a liberar esos bloqueos y dar espacio al cambio. Aquí te comparto algunas de las más efectivas:


1. Mindfulness: Observar sin juzgar

Una de las herramientas más poderosas ha sido TOMAR CONCIENCIA, de lo que me cuento, de lo que me digo, pero no en el sentido de juzgarme y no para VER,  lo que viene a ser aprender a observar mis pensamientos y emociones sin juicio, si no me doy cuenta de lo que pienso de serie, de forma automática, difícilmente lo podré dejar ir . Ese el el principal problema de vivir en modo insconciente, que como no haces consciente lo que ocurre es que el insconciente dedice porti y le cedes todo tu poder personal. Por ejemplo, ahora cuando siento miedo o dudas, me detengo y me pregunto:

  • “¿De dónde viene esta emoción?”
  • “¿Es realmente una amenaza o solo un hábito mental?”
  • ¿ A qué me estoy resistiendo?

Dedicar unos minutos al día a la respiración consciente ,  la observación de pensamientos sin juicio o al escaneo corporal me ayudó a calmar esa “alarma interna” de mi mente y convertirla en un alerta consciente manejada y elegida por mi no por mis reacciones automáticas inconscientes. Poco a poco, empecé a responder desde la calma en lugar de reaccionar desde el miedo.


2. Baile consciente: Liberación emocional y ruptura de patrones

Aquí es donde quiero compartir algo que para mí ha sido mágico: el baile consciente. No tengo palabras para agradecer el gran trabajo que realiza Helena Barquilla, mi mentora y maestra en esta disciplina. No se trata de bailar siguiendo una coreografía, ni de hacerlo bien o mal. Es moverte como tu cuerpo te lo pida, sin juicio, dejando que las emociones encuentren su camino a través del movimiento. Los pensamientos y emociones se quedan atrapadas en el cuerpo, es como si esas a las que te resistes, el cuerpo  no las pudiera de alguna manera metabolizar, se carga, se densifica, se contractura, se enferma.

¿Por qué funciona tan bien el baile?

  • El baile rompe patrones mentales repetitivos porque te lleva al momento presente, te permite soltar el control de forma orgánica y natural.
  • Moviliza las emociones atrapadas en el cuerpo, esas que a veces no sabemos cómo expresar.
  • Ayuda a soltar la rigidez mental y física, permitiendo que fluyas con lo que sientes en lugar de bloquearlo.

Recuerdo una vez que, después de un día especialmente difícil, puse música que me resonaba y simplemente me dejé llevar. Al principio me sentía torpe, como si mi mente no quisiera soltar el control, pero en cuestión de minutos empecé a sentir una ligereza increíble. Fue como si todo el peso de mis pensamientos y de mis emociones densas desapareciera. Ese día entendí que el cuerpo tiene su propio lenguaje, y que cuando le permites expresarse, libera lo que la mente intenta retener.


3. Pequeños pasos conscientes

A veces queremos que el cambio sea rápido, pero eso solo activa más resistencia. Lo que aprendí es que los pequeños pasos son más poderosos de lo que parecen. Cada día, en lugar de enfocarme en el objetivo final, me preguntaba:

  • “¿Qué puedo hacer hoy, por pequeño que sea, para acercarme al cambio que quiero?”

Este enfoque no solo redujo mi ansiedad, sino que me ayudó a construir confianza en mí misma.


Cómo transformar resistencia en energía para el cambio

Ahora sé que la resistencia no es algo que deba “eliminarse”; es algo que puede transformarse, «la energía ni se crea ni se destruye se transforma». Cada vez que la siento, que siento una energía densa, como lo es la resistencia,  la observo, la reconozco en mi como una señal de que estoy saliendo de mi zona de confort, ya me he hecho amiga de ella, ya no le tengo tanto miedo como antes y eso ya es un paso hacia el crecimiento y la libertad.

Si tú también sientes esa resistencia al cambio, mi invitación es esta:

  1. Escucha a tu mente sin juicio, pero no te creas todo lo que dice. No luches, déjale que diga lo que quiera, luchar solo hará que malgastes energía, esos pensamientos ya están ahí y no se van a ir tu única opción es dejar de ponerles atención dejarlos estar ahí y elegir poner tu atención en otro lugar más util y saludable para ti. Solo así pierden fuerza y se disuelven solos
  2. Conecta con tu cuerpo a través del movimiento, el baile, paseo, ejercicio, o cualquier práctica que te permita soltar lo que piensas de serie. Hazlo sin pretensión de nada, sin jucio, solo para dejarte ir.
  3. Conecta con la naturaleza, sumérgete en ella, en sus elementos, ella tiene la verdad y todas las respuestas que tu mente nunca será capaz de procesar.
  4. Recuerda que  no necesita ser perfecto, solo necesita empezar a cambiar de patrón, con suavidad, paciencia y tolerancia.

La importancia de la repetición y la paciencia

Entrenar la mente no es un proceso rápido, pero es posible. Cada vez que eliges observar tus pensamientos, cuestionarlos y actuar desde la calma, estás fortaleciendo las conexiones neuronales de tu corteza prefrontal. Con el tiempo, esto se convierte en un hábito que favorece tu felicidad.


Conclusión: Tu felicidad está en tus manos

Aunque el cerebro tiende a priorizar la supervivencia, tú tienes el poder de reprogramarlo para enfocarte en el bienestar. La clave está en practicar la atención plena, bajar al cuerpo, cuestionar los pensamientos limitantes y dar pasos conscientes hacia el cambio.

Hoy me atrevo a escribir este artículo porque sé que muchas personas sienten que necesitan hacer o cambiar algo y la resistencia se lo impide. Si tu eres una de ellas, no estás sola en este camino. La resistencia es parte de nuestra humanidad, pero no tiene que definirnos, no tiene porque asustarnos ni paralizarnos, simplemente nos reta a dar un paso hacia otro lugar, a donde estamos nosotros mismos, en nuestra autenticidad, sin juicios, ni patrones mentales, nosotros en estado puro. Y la buena noticia es que desde ahí siempre tienes la libertad de elegir la actitud con la que quieres vivir cada circunstancia de tu vida. Cada vez que eliges ver la resistencia,  observarla, moverte con ella y dar un paso adelante, por pequeño que sea, estás diciendo “sí” a tu felicidad por encima de tu supervivencia.

Con cariño, Amaia